Sin embargo, la educación ya no es lo que era. Por supuesto, me refiero a las formas, no a la educación en cuanto a estudios. Podría incluso decirse que ya apenas hay educación. La culpa se le puede echar a cualquiera: a la persona que no la tiene, a los padres que no se la enseñaron, o incluso, a la sociedad, que no da ejemplo. Porque antes, cuando una señora (o señor, aunque fuese menos corriente) iba a cruzar la calle, la gente la ayudaba; o cuando no había sitio en un autobús, alguien se levantaba. Ahora, no importa que sea una mujer embarazada, o una señora que necesita apoyarse en un bastón, o alguien con una pierna escayolada que usa muletas. Y esto es un ejemplo real. Durante aproximadamente un mes (no me acuerdo muy bien), tuve que acompañar a una compañera con el pie escayolado a la facultad, en urbano, con lo que se mueven. Salvo cuando al subir había algun asiento libre, las veces que alguien se levantó para cederle el asiento a mi compañera podrían contarse con los dedos de una mano. Casi un mes, dos veces al día. Echad cuentas. Es bastante indignante.
Pero claro, al tema de ayudar, por ejemplo, a un/a anciano/a, se unen dos problemas, aunque uno solo se da en algunos casos:
El primero, surge de la actual acritod que con mucha frecuencia siente la tercera edad para con la juventud. Es evidente que hay que respetar a la tercera edad, porque logros de la sociedad actual, como el voto femenino, o la democracia, han sido posibles gracias a ellos. Pero la visión que tienen ellos de la juventud actual, borrachos, vagos y sin nada que aportar a la sociedad, es una generalización errónea. Daría la impresión de que nosotros tengamos que respetarlos y, al mismo tiempo, soportar su desprecio. Por supuesto, al igual que no todos los ancianos miran a la juventud con desprecio, tampoco es que yo crea que todos nos desprecian. Pero cuando estás esperando a tu turno en una panadería, carnicería, etc., y aparece una señora mayor que se coloca sospechosamente a tu lado, y cuando te toca a ti y preguntan "quién es el siguiente" se mete directamente delante y se pone a pedir lo que quiere, sin siquiera dignarse a mirarte ni decirte nada, dan ganas de decirle que "si quiere que la juventud la respete, empiece a dar ejemplo". Porque si a mi me pregunta si puede pedir antes, salvo en las escasas ocasiones en que voy con prisa, no me molesta en absoluto. Pero que pregunte.
Este es uno de los problemas, que implica que en ocasiones, si por ejemplo quieres ayudar a una persona mayor a cruzar la calle, conteste con un seco "no necesito ayuda", indignada y enfadada, para más inri. Así, ¿quién se arriesga a ayudar? ¿intentar ayudar para quedar mal?
El segundo problema, el que no se da en todos los casos, sino que depende de cómo sea la persona que quiere ayudar y la persona a la que se quiere ayudar, es el hecho de que una persona mayor, cuando según qué joven se le acerca, puede pensar que va a intentar robarle. Es decir, que si te acercas a una ancianita con bastón para ayudarla a cruzar la calle, según como vayas vestido, por culpa de los prejuicios, es probable que piense que vas a intentar robarla. Esto es más bien culpa de la sociedad actual, en la que tanta gente mala hay que apenas puedes fiarte de nadie, y donde, si eres demasiado bueno, se te comen vivo: todos se aprovecharán de ti.
Parecería que en esta sociedad en que vivimos debamos ser un poco cabrones para no salir perjudicados.
Pero estos son solo unos ejemplos concretos de la falta de educación, ejemplos que incluyen gente de la tercera edad, o mujeres embarazadas, o personas que necesitan andar con muletas por algún problema en la pierna. Sin embargo, hay muchos más ejemplos de la actual falta de educación. Un claro ejemplo, que seguro que prácticamente todo el mundo ha vivido, son los niños, de entre 2 y 7 años aproximadamente, que cuando están en un lugar público, ya sea un supermercado, o un restaurante, o cualquier otro sitio similar, no hacen otra cosa que molestar, viéndose una gran variedad de respuestas por parte de los padres, desde la indiferencia de algunos (que haga lo que quiera, total, así molesta menos en casa), hasta la extrema irritación a la que llegan otros (gritos, e incluso tirones del brazo). No me parece mal que se tenga que aplicar mano dura con los niños, la sociedad exagera demasiado al respecto en la actualidad. Pero la educación se imparte en casa, no se espera a que haga algo mal en una tienda para decirle que eso está mal. Los modales hay que enseñarselos ya en casa. Esto puedes hacerlo, y esto no. Y si no hace caso, se le impone un castigo. Un castigo útil, y lo suficientemente severo para que el niño recuerde que no puede hacer eso que hizo. No son necesarios los castigos físicos, pero si el niño es demasiado rebelde, tampoco es que unos golpes en el culo vayan a matarle. Aunque claro, es peligroso, porque ahora, si ve algún tipo de "maltrato" el pediatra, y lo denuncia...lo mismo vas a la cárcel. Así, ¿cómo no va a haber adolescentes que lleven siempre una navaja consigo y se dediquen a hacer gamberradas a diario? Porque lo que es evidente es que un niño no se puede educar sin sus padres...claro está, salvo casos excepcionales.
Yo, obviamente, y aún, no soy padre, pero creo que no debe ser tan difícil. Al menos si los padres tienen claros los valores que tienen que inculcarle a sus hijos: generosidad (que comparta las cosas con sus amigos), amabilidad (que se ofrezca a ayudar a algo, aunque sea a hacer su cama con la ayuda de su madre, cuando pueda), humildad (que recuerde que no es ni más ni menos que nadie), etcétera. Esas cosas no se las van a enseñar en el colegio, ni se las van a enseñar terceras personas. Hay que pensar que un niño recien nacido es un folio en blanco, y la tinta que escribirá sobre él será el ejemplo de nuestras acciones (con "nuestras acciones" me refiero a las acciones de los padres).
Ahora bien, no solo jóvenes, niños y personas mayores tienen actualmente un exceso de falta de educación. Los adultos, las personas de entre 20 y 50 años, también. ¿Cuántas de las veces que entras a algún lugar detrás de otra persona, te mantienen la puerta abierta? Yo prácticamente siempre lo hago, pero tanto amigos como familiares me dicen a veces "¿para qué lo haces? suéltala y que abran ellos". Pero no solo mis amigos y familiares piensan así, porque a veces, mientras mantengo la puerta abierta para que pase la otra persona, ésta se queda quieta, mirándome, pensando "¿vas a entrar o te vas a quedar ahí parado?". Porque es tan raro que alguien lo haga, que cuando pasa, cuesta creerlo.
Esto son solo algunos ejemplos, que muestran la falta de educación que existe entre las personas de cualquier edad de nuestra sociedad. Pero estoy seguro que, con solo mirar a vuestro alrededor, veréis más ejemplos. En ocasiones son detalles, de los que uno piensa "bueno, eso no tiene importancia", aunque, aún siendo poca, sí la tiene; y en otras ocasiones, son cosas más graves, que muestran tanto la poca educación de algunas personas como su falta de respeto por los demás.
No digo que debamos convertirnos en robots, pero ya que nos llamamos "ser humano", deberíamos mejorar un poco eso que las empresas llaman "trato humano".
Y sé que generalizo muchas cosas en mi blog. Pero es que si no lo hago, no tengo apenas de qué hablar. Quien se de por aludido, que piense un poco en sus actos, y tal vez pueda mejorar su educación; y quien no, que mire a su alrededor, a su entorno cercano, y piense si no es cierto que nuestra sociedad está perdiendo la educación y las formas.