Podría definirse machismo como todo aquel conjunto de acciones o formas de pensar que pongan al hombre por encima de la mujer, que le den más importancia en la sociedad o en la vida.
Aunque ahora ya no es así, en la mayoría de los casos, hasta hace no mucho, toda sociedad era patriarcal. Una sociedad patriarcal es aquella en la que el hombre, el padre de familia, es la persona más importante, destacando en el grupo en el caso de una sociedad o familia amplia la figura del patriarca, que nos sonará de la sociedad gitana, una sociedad actualmente aún patriarcal -lo cual no implica que haya más maltrato a la mujer en la misma, aunque sí refleje una importancia mayor del hombre en ella-. El patriarcado se opone, obviamente, al matriarcado. Las sociedades matriarcales de las que probablemente tengamos más constancia son, a parte de las anteriores a las tres grandes religiones actuales, las cuales han colaborado en la instauración del patriarcado en toda sociedad, las antiguas civilizaciones precolombinas de América, o algunas de ellas, quienes habían comprendido y asumido que la vida no podría darse sin la mujer, que no podría haber próximas generaciones sin ella.
¿Por qué deberíamos valorar más a la mujer que al hombre? Bueno, si nos ponemos en pos de una igualdad absoluta, habría que decir que ambos deberían ser tratados exactamente iguales. Pero, sin perder por ello una normal, básica igualdad, sí que creo que la mujer debiera ser tratada con al menos un poco más de respeto que el hombre, con más admiración. Motivos, hay varios, pero solo expondré dos, que sonarán tal vez un poco mal a oídos de según qué mujeres, aun cuando trato de otorgarles mayor importancia sobre la del hombre.
En primer lugar, y pese a quien pese -a alguna mujer a la que incomode este comentario, principalmente-, es cierto, e innegable, que por naturaleza la mujer es más delicada, en el sentido más físico de la palabra posible. Esto no significa ni que sean débiles, ni que por ser así, puedan ser dominadas por el hombre. Débiles, no son, porque tienen tanta resistencia o más que cualquier hombre -sencillamente preguntad a cualquier mujer en torno a vuestra vida, y, si decide abrir su corazón con vosotros, os parecerá asombroso que pueda tenerse en pié con todas las cargas que soporta cada día-. Y que puedan ser dominadas por el hombre, nada más lejos de la realidad. ¿O es que si tenemos dos ollas -mal ejemplo, lo siento si alguien se siente ofendido, pero es el primero que se me ha pasado por la cabeza a parte de "dos carros", que no me parecía tan claro-, una con capacidad de 2 litros y otra con capacidad de 5, y queremos poner 3 litros de agua a hervir, la ponemos en la olla de 2 litros? No, ¿verdad? Entonces, ¿por qué habría de tratar peor a un ser vivo que es más delicado? Si necesitas desahogarte, golpea a un león, no a un gato.
Y por otro lado, para aquellos que vean a una mujer como una "simple" madre de sus hijos, decir que con respecto a ellos, no hay ni punto de comparación entre lo que significa una madre para un hijo con lo que significa un padre. Dejando a un lado el complejo de Edipo, hay que comprender una cosa, que explicaré, para mayor entendimiento, con un ejemplo numérico que no es muy de mi agrado, pero que es muy útil:
Suponiendo dos sociedades, tribus, o aldeas, en las cuales hay 11 individuos: en una, 10 hombres y 1 mujer; en otra, 1 hombre y 10 mujeres. ¿Cuál prosperará más rápido? En la primera sociedad, aun habiendo 10 hombres, solo se podrá concebir 1 hijo cada 9 meses. Bien, supongamos que no nace uno, si no TRILLIZOS, que ya es mucho suponer. Pasemos a la segunda sociedad. 10 mujeres y un hombre. Suponiendo que 2 de las 10 mujeres son infértiles, a los 9 meses dicha sociedad podrá concebir un mínimo de 6 hijos -supongamos también que 2 tienen un aborto natural, que sigue siendo mucho suponer-. Eso si ninguna de las mujeres tiene mellizos o incluso más, pero supongamos que no. Al cabo de 9 meses, la primera sociedad tendrá 14 miembros, y la mujer podrá volver a ser fecundada. Aún suponiendo que tienen la suerte de concebir 3 trillizas, 3 niñas, éstas tendrán que esperar como mínimo unos 15 años para poder procrear. Así que al cabo de otros 9 meses (18 en total desde el principio), esta sociedad tendrá 17 miembros -sí, trillizos de nuevo. Estamos suponiendo a lo bestia-. 17 miembros...como mucho, exagerando, que son los que pueden tener, pero como mínimo, exagerando negativamente, la segunda sociedad en solo 9 meses. Si esta segunda sociedad no engendrase ningún varón, sí que sería un problema al disponer de un único hombre por el momento. Pero es matemática pura, podría coincidir que no nazca ningún varón en los 6 partos de los 9 primeros meses, pero ¿y en los 6 de los 9 meses siguientes? Sería posible, como todo en la vida, pero altísimamente improbable. En definitiva, que tras 18 meses la segunda sociedad en ningún caso, salvo grandísima tragedia, tendrá menos de 20 miembros, mientras que la primera tendrá 17 si la fortuna no solo le sonríe si no que le acompaña día a día.
¿Es más importante el hombre porque con uno solo pueden procrearse 6 hijos? No, es más importante la mujer porque en la primera sociedad, haya 1 hombre, 10 o 100, no podrán tener más hijos que los que la única mujer les limite, mientras que si a esa sociedad se añadiesen más mujeres, incrementaría en 1 el número de descendientes cada 9 meses posibles por cada mujer que se incorporase a dicha sociedad.
Es decir, que el hombre no vale más que lo que vale la mujer que le acompaña (aclaración: ese "más" en la frase no equivale a que "no vale más, pero sí igual", si no que quiere decir que el hombre "únicamente vale lo que vale...").
Que el machismo es malo, es evidente -aunque hay machismos y machismos. Más adelante entro en esto-. Pero, aunque no vaya a hablar de este tema ahora -esta entrada es sobre machismo, exclusivamente, no sobre machismo y feminismo-, el feminismo es igualmente malo, al igual que lo es tanto la dictadura como el anarquismo; el fascismo como el comunismo extremo. No diré que "todos los extremos son malos" -aunque acabe de hacerlo-, porque extremos hay de todo tipo, e igual que los hay muy malos, los hay muy buenos.
Pero volviendo al tema, ¿por qué es malo el machismo? Solo con nombrar el machismo a todos nos viene a la mente, como si fuesen sinónimos, el maltrato a la mujer, la mal llamada "violencia de género" -y digo mal llamada porque "violencia de género" para la sociedad es el maltrato de un hombre a una mujer, mientras que el término, por mera definición, implica toda violencia que una persona de un sexo genere sobre otra persona de sexo opuesto. Y es que aunque nos olvidemos de ello por su "escasa importancia" (ninguna violencia puede tener nunca poca importancia", es un hecho que también se den casos de mujeres que maltratan a un hombre. Claro que para que esto se de debe cumplirse al menos una de las siguientes situaciones: que la mujer en cuestión sea bastante corpulenta; que el hombre agredido sea demasiado poco corpulento (un "tirillas"); o que el hombre sea demasiado gentil, caballeroso, como para dañar de cualquier modo a una mujer, le haga lo que le haga. Por desgracia, de estos últimos somos demasiado pocos en el mundo (sí, me incluyo). Pero bueno, mejor volver al tema que de la violencia de género en particular escribiré otro día-. Pero este no es el único aspecto negativo del machismo, ni mucho menos.
Y es que como todo egocentrismo, el machista, en el caso de que sea un hombre -porque, por increible que parezca, hay mujeres machistas-, tiene un gran ego que le hace creerse con derecho de mandar en su casa, en su familia, en su edificio, en su barrio, etcétera -dependerá de la sociedad de la que hablemos y de la zona en la que nos encontremos la capacidad de poder, control o dominio que tenga el machista en cuestión, es decir, sobre cuánta gente "manda"-, en todos los aspectos posibles. Y como se cree con ese derecho, lo utilizará.
En una familia, el caso típico, esto implicará que decida aspectos como qué se ve en la televisión, qué comida tiene que prepararle qué miembro de la familia, si saldrán o no un determinado día, y a dónde, etcétera.
Como problema surge ya uno, la coacción. Y es que esa familia no es libre de elegir, de decidir sobre sus propias acciones. En ocasiones, ni tan siquiera es libre de decidir sobre sus ideas. ¿Y si lo hace? ¿Y si ignoran a la cabeza de familia para tomar sus propias decisiones? Bueno, no es norma general, pero el machista acostumbra a ser agresivo si no se le da la razón. Porque él esta convencido completamente de lo que piensa, y no es que otro piense diferente, es que, para él, otro piensa "mal", erróneamente. Y por esto, para defender su "correcto" modo de ver las cosas, la "verdad", gritará, y si eso no funciona...
¿Más problemas a parte del maltrato y el egocentrismo que el ser machista casi exige? El aspecto económico. Aunque esto va ligado a lo anterior en parte. Y es que el machista podrá gastar cuanto quiera en lo que quiera y cuando quiera, pero no así su familia. Él podrá comprar caprichos, pero no los recibirán sus familiares, salvo que se trate de un machista considerado, generoso. No hay que olvidar que cada persona es un mundo, y al igual que la palabra dictador no implica necesariamente belicismo -es lo malo de tener malos ejemplos, que el significado de las palabras se tergiversa-, la palabra machista no implica ser una persona violenta. Sé que hago generalizaciones en la mayoría de mis escritos, pero es que no veo nada malo en ello. Ya hablaré sobre el uso de las generalizaciones en otro momento.
Volviendo al tema que nos ocupa, la cuestión principal en este aspecto es el hecho de que no importa quién obtenga el dinero para la familia, será el machista -y digo todo el tiempo machista porque decir "el padre" implicaría que solo él podría tener este control y dominio sobre la familia, y no es así...- quien reciba el dinero de todos y lo administre. Y si hay que comprar una docena d ehuevos, le dará 2€ a la mujer o a cualquier otro miembro de la familia y, cuando vuelva, le pedirá el ticket para comprobarlo y que le de el vuelto. Por tanto en el aspecto económico, como en el anterior sobre su egocentrismo, el machista claramente coarta la libertad de la familia.
Así, vemos que no solo el maltrato debe preocuparnos en el tema del machismo. El machismo es un gran problema social, que afecta tanto a mujeres como a hombres, de todas las edades, y en diversos ámbitos. Ignorarlo no es una opción, desde luego. Aunque normalmente lo que se intenta es evitar específicamente la violencia de género, la verdad es que deberíamos intentar que desaparezca el machismo en general. Como ya dije, del feminismo hablaré en otra ocasión, pero tampoco creo que éste deba existir. Ambos son sencillamente lacras para la sociedad. Claro que el primero más, porque el machismo suele desembocar en peores y nefastas consecuencias, mientras que el femenismo...bueno, tripito, sobre eso, hablaré en otra ocasión.
En definitiva, tratad de evitar el machismo y a la gente machista. Bueno, más que evitarla, tratad de hacerla entrar en razón...el machismo no le hará bien ni a esa persona ni a la gente que le rodea.
Bueno, eso es todo, "solo" eso. No estoy seguro de que la próxima entrada vaya a ser sobre el medio ambiente como dije en la anterior...porque es un tema que me requiere mucho tiempo y tal vez prefiera dejarlo para la semana que viene, que tendré más horas y días libres. Así que ya veré sobre qué hacer la siguiente.