lunes, 28 de marzo de 2011

Economía - Capitalismo: la religión del siglo XX.

¿Economía, o religión?

Bueno, creo que es evidente que el apelativo "religión" no es más que un símil. La forma enfermiza en que los creyentes del capitalismo siguen sus normas, recuerda a la inquisición, o la yihad. Come o serás comido se dice a veces. Y lo cierto es que es así. No voy a ponerme a explicar cómo funciona la banca internacional, todos lo hemos visto o hemos oído sobre ello en internet ya. Así que, como sabemos, para que haya gente con dinero, hay gente que debe arruinarse. Es así. Tiene que ser así. Para que cada uno de nosotros tengamos un plato de comida, tiene que haber gente que muera de hambre. Trágico, pero es así. Podemos pensar en ello cada vez que almorzamos o cenamos, haciendo de cada bocado un trago amargo, o podemos pasar ese detalle por alto, y centrarnos en comprender, e intentar hacer a otros comprender, que el capitalismo no es nuestra sociedad, sino que nuestra sociedad es capitalista. Y como tal, eso puede cambiar.

Pero, ¿cómo?

¿Yéndonos a vivir al monte, sin depender del dinero para nada?

No, eso no sólo es inútil sino que es absurdo.

Este mundo está movido por el dinero. El dinero lo controla todo, y por ello quienes más tienen, más controlan. Si alguien puede cambiar el sistema que tenemos, es decir, el capitalismo, son quienes tienen dinero. Es decir, que quienes tienen dinero en un sistema en el que el dinero es lo único que importa, pueden cambiar el sistema. ¿Qué quiere decir esto? Que si realmente alguien quiere eliminar el capitalismo de nuestra sociedad, lo que debe hacer es conseguir acumular la mayor cantidad de dinero posible, ganar importancia en el mundo. Probablemente, sólo las 3 personas más adineradas de este mundo podrían cambiar la sociedad y eliminar el capitalismo.

Entonces, si sólo 3 personas pueden cambiar esto, si no hace falta que toda la población del mundo esté de acuerdo para mejorar nuestra sociedad, ¿cuál es el problema?

El poder, corrompe, dicen. Y el dinero, es poder. Es decir, en el capitalismo claro. Y quien ahora es un anti capitalista empedernido, puede volverse la persona más pro capitalismo del mundo cuando tenga su cuenta bancaria a rebosar de dinero.

Es decir, que uno puede no ser capitalista y, al tener 1 millón de euros, desear, anhelar, querer lo que puede conseguir con ello.

"Yo no soy capitalista". Ahora, quién no tiene un móvil de última generación, que aunque te salga 0 euros, sabemos que cuesta más de 100.

"Yo no soy capitalista". Ahora, quién no tiene ropa de marca porque le da vergüenza comprarla en el mercadillo o porque "es de mala calidad", cosa falsa, cualquiera que haya comprado una camiseta en un mercadillo lo sabe.

Respecto a los móviles, uno puede decir:

- Bueno pero si a mí me lo dejan en 0 euros, yo no estoy colaborando con el capitalismo.

Falso, también. Puede que tú no des un duro, pero hay que tener en cuenta dos factores.

1º, la amortización. A nosotros nos vale 0 euros, ergo no tenemos nada que amortizar. Pero a la empresa, pongamos, “movafonge”, sí. Y no, por ahora “movafonge” no está por la labor de repartir su pastizal con nosotros, y por ahora sigue queriendo conseguir más dinero. Y con tus llamadas, tus mensajes, tus descargas que, tarde o temprano, quieras o no, acabas haciendo si te compras un móvil de esos, y las promociones que te ofrecen y a las cuales te enganchas, lo hace. Promociones que, al igual que en un supermercado con los 2x1 y demás, son engañosas pese a salir baratas, ya que si lo ofrecen a ese precio es porque siguen ganando, porque sus costes por ese producto o servicio son menores que eso. Las empresas no son ONGs, aunque quieran aparentarlo, y sobre esto volveré más tarde.

2º, el intermediario. Tú, no sueltas un duro. Pero “movafonge” es al fin y al cabo un intermediario, bien de una fábrica de móviles o bien, si los fabrican ellos mismos, de una empresa tecnológica que les vende la nueva tecnología. Dicha empresa, obviamente, tampoco es una ONG. “El conocimiento es libre”. Sí. Pero “movafonge” cobra por liberalizar. Así pues, la dicha empresa cobra a “movafonge”, y “movafonge”, como ya vimos en el primer punto, va a amortizar, con creces, ese móvil gratis.

En relación a lo anterior, sobre que las empresas no son ONGs aunque quieran aparentarlo, explicaré por qué es así.

Hablábamos de las promociones que hacen empresas, supermercados, incluso bares. Nos ofrecen sus productos o servicios a un precio menor que el habitual, y nosotros caemos y consumimos. Pero está bien, puesto que, aunque nos demos cuenta de que normalmente nos estafan ya que pueden vender más barato, nosotros obtenemos más producto por menos, o igual, precio.

Ahora bien, aquí surge un problema. Y es que muchos, muchos, y probablemente tú, al igual que yo, también, convierten una promoción, una situación de ventaja para el consumidor, en una situación normal o incluso peor.

¿Cómo?

Muy fácil. Supongamos, y a partir de aquí todo precio que se asemeje con la realidad es mera casualidad, que normalmente consumimos, en 3 días, 2 litros de leche a un precio de 1€/litro, es decir, 2€ en tres días. Y surge una promoción de 3x2: llévate 3 litros al precio de 2. Es decir, 2€. El litro pasaría a valer de 1€ a 0’66€. No está mal, 1/3 más barato. Pero muchos de los consumidores, por ansia, por gozo, o quién sabe por qué, consumirá esos 3 litros en los mismos 3 días en que consume 2. ¿Para qué? ¿Acaso no estabas sobreviviendo con 2 litros cada 3 días? Te has bebido 0’66€ para nada.

Otro ejemplo, ahora con servicios en lugar de bienes. Ya que le hemos hecho publicidad, vamos a utilizar a “movafonge”.

Tenemos un móvil de prepago con “movafonge”, que nos cobra 0’10€ el minuto de llamada y 0’10€ el mensaje (sms). Tras 2 años con ellos, vemos que la media al mes es de 25 sms y 100 minutos de llamadas, es decir, 12’5€ al mes. Esto es menos de 1 sms/día, aproximadamente 3 minutos de llamada al día y unos 0’4€/día. Y recibimos un sms tal que así:

“Movafonge. Disfruta de llamadas y mensajes a mitad de precio con el plan tecostaraunhuevo. Solo este mes. Inscríbete GRATIS enviando soyidiota al 666”.

Lo más normal es que la palabra GRATIS esté en mayúsculas, y mitad de precio tal vez también.

Si tenemos suerte, lo recibiremos ya bien avanzado el mes, aunque es normal que lo envíen pronto, e incluso, lo envíen el mes anterior diciendo que la promoción será para el siguiente. Y pensamos “qué buenos son”.

¿Pero qué ocurre? Ocurre que, si nos avisan el mismo mes, tras inscribirnos enviaremos al menos un sms diciendo a alguien “luego te llamo, que me cobran la mitad”. 1 sms. Y llamas. Y cómo no, le comentas la promoción, lo buenos que son en “movafonge”, por qué él tendría que pasarse de “yoimio” a “movafonge”. Eso, aparte de hablar lo normal. Raro será que no te pases de los 10 minutos. Si tienes suerte, y eres poco sociable, esto será todo. Si no tienes amigos, será aún menos. Pero claro, estas ofertas van dirigidas a las personas más sociables. Y estos repetirán el proceso anterior con más gente. El resultado es que pasa el mes y has gastado más de 15€. Pero uno dice, o piensa “el mes que viene gastaré menos”. Por supuesto, no lo hace. Tras 4 años y haciendo de nuevo la media, sin contar el mes de la increíble promoción, descubres que sí, es increíble, sigues con 12’5€/mes, por lo que ese mes aumenta tu media. Increíble. Increíblemente estúpido.

Entonces, ¿qué ocurre? ¿Tenemos que dejar de participar de promociones y ofertas? No, tenemos que dejar de participar de forma estúpida, pero de hecho, tenemos que participar más en ellas. Lo ideal sería consumir solo en promociones, así las empresas se encontrarían con una curva de demanda tal que así:

Lo que en un diagrama de barras querría decir:


Donde A sería el precio durante las promociones y B el precio fuera de ellas, el precio normal.

Puede que no todos sepan de economía, pero no hay que ser economista para entenderlo. Así la empresa se daría cuenta de que venden muchísimo durante las promociones y casi nada o nada el resto del tiempo, de manera que el precio normal acabaría convirtiéndose en el precio de oferta, o al menos bajaría considerablemente.

Pero claro, para esto hay que ser hormiga, y no cigala. Hay que almacenar durante las promociones para sobrevivir en el frío y duro periodo normal.

Es decir, que el problema es que no sabemos utilizar las promociones, y no que sean malas per se. Aunque son malas en tanto que nos hacen notar que sin la promoción nos están estafando. Bendita ignorancia, ¿verdad?

Pero además de esto, hay otro aspecto a destacar en lo referente a que las empresas no son ONGs, aunque intenten aparentarlo. Y es que nunca, jamás, veremos en el anuncio de alguna promoción a alguno de quienes dirigen la empresa. Lo que veremos serán caras sonrientes de gente normalmente joven y con buen aspecto, que contagian su espléndido humor a los demás. Y estos pueden ser recepcionistas, cajeros, o cualquier cosa. Pero resulta que vas a disfrutar la promoción y ves a la misma gente con la misma cara de lunes a las 8 de la mañana, pero aunque sea viernes por la tarde. La cuestión es que por mucho que nos encontremos con un témpano de hielo al otro lado del mostrador, nosotros recordamos lo felices que eran todos en el anuncio. Y olvidamos que, en ese edificio, en la última planta, en un despacho tan grande como nuestra casa y ganando tanto como el valor de nuestra casa, hay un hombre, o mujer claro está, trajeado y sin escrúpulos que está pensando en la manera de sacar a los clientes más dinero sin apenas coste.

Triste, pero real como la vida misma. Y la solución sigue siendo la misma: enriquécete, púdrete de dinero, pero no gastes un simple céntimo. Si una sola persona ética se hiciese con todo el dinero del mundo, podríamos al fin salir del capitalismo.

¿Y por qué habríamos de querer dejar el capitalismo?

Bueno, si el hecho de que para poder comer tú deba haber quien muera de hambre no te parece una razón de peso, habrá que dar más razones:

La mayor parte de la delincuencia viene dada por el dinero. Quieres un móvil que vale un pastón y no puedes permitírtelo, así que lo robas. Quieres comprarte un chalet, así que atracas un banco o estafas a la gente. Quieres pegarte la gran vida, así que matas a tu pareja (pensión) o a quien lleva un billete de lotería ganador.

¿Más motivos?

Gastamos una cantidad ingente de dinero en evolucionar nuestros armamentos cuando sabemos que el único uso de esas armas es el de matar a otro ser humano.

Más.

Enfermedades sin cura asolan ciertas partes del mundo porque los científicos deben suplicar por fondos para investigar, en vez de dárseles todo cuanto necesiten para su investigación dedicada a salvar vidas.

¿Y qué ocurre? ¿Es que nadie se ha dado cuenta de esto?

Claro que sí. Es tan obvio que la pregunta sería ¿es que alguien no se ha dado cuenta aún de esto?

Como decíamos, quienes tienen dinero, tienen poder, y quienes tienen poder, tienen el control.

Si cuando alguien tiene 100€ quiere comprarse algo de 200€ y se compra algo de 80€, cuando alguien tiene 100.000€ quiere algo de 200.000€ y se compra algo de 80.000€.

Insisto, el poder corrompe. Cuánta gente anti capitalismo habré visto con móviles de última generación, ropa a la última, o un buen coche. Lo gracioso es que sigan llamándose a ellos mismos anti capitalistas tras comprarse eso.

Obviamente tenemos que comer, y en este mundo uno no puede vivir sin gastar dinero. Pero luchar contra el capitalismo supone vivir en 20m2 cuando podemos permitirnos vivir en 60, no comprar un coche cuando podemos vivir perfectamente sin él, y etcétera, etcétera, etcétera.

Es decir, vivir por debajo de nuestras posibilidades. Y sí, es duro. Es duro tener al mes 2000€ y gastar solo 800, desaprovechando el resto. Pero es cuestión de acostumbrarse. Hay que recordar siempre que el dinero no da la felicidad. Y no, tampoco ayuda a tenerla. El dinero nos vuelve egoístas, avariciosos, envidiosos, y más. ¿Es eso felicidad?



Esto lo escribí hace ya un par de meses, pero no lo publiqué antes porque notaba que le faltaba algo al final, que he dejado el tema como muy abierto, cuando normalmente suelo dejarlo más finalizado. Tras 2 meses intentando añadir algo para terminar, he decidido publicarlo así, porque de todas formas, obviamente, escribiré más veces tanto sobre el capitalismo y sus problemas como sus posibles soluciones.

Solo decir para terminar que el capitalismo a la larga solo puede producir una cosa en este mundo: más miseria, más pobreza, más diferencia entre ricos y pobres, en definitiva, más injusticia.

El cielo, gris, ceniciento, parece acompañar mi melancolía de esta tarde. El mundo sigue siendo hoy tan miserable como ayer, y sigo desquiciado por ello. Sería más feliz si mañana toda la raza humana, incluyéndome, se extinguiese al completo, que levantándome vivo y ver que todo sigue igual.

¿Soy el único al que esto le desespera?

Buenas tardes y hasta la próxima. Como siempre: podéis comentar, y votad por vuestro tema favorito.

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