martes, 18 de mayo de 2010

Psicología - Frío, Calor.

Seguro que algunos se extrañarán. Frío, calor, ¿en psicología? ¿Qué relación tiene con la psicología? Parece absurdo, pero no lo es. El ser humano tiene receptores por todo el cuerpo sensibles al calor y al frío, que nos hace tener dichas sensaciones. Pero, ¿es así como recibimos todo el frío o calor que sentimos?

¿Nunca te has preguntado por qué, pese a estar tu casa todo el año a idéntica temperatura, en ocasiones sientes calor y en ocasiones frío? Algunas veces, es lógico: vuelves de la calle muy abrigado, y sientes calor en casa; sales de una ducha con agua caliente, y siente frío; te acabas de levantar de la cama…; llevas un buen rato quieto, sentado en el sofá…; etcétera. Pero otras veces, no es así. Estás en casa, haciendo algo como limpiar un mueble u ordenar un armario, y, de repente, empiezas a sentir frío –lógicamente, sin tener ninguna ventana abierta ni ninguna otra fuente posible de frío-. ¿Por qué? Probablemente, por algún motivo –has visto la ropa de invierno, han dicho o mostrado algo en radio o televisión sobre la temperatura, etcétera-, has recordado que es invierno. Como ejemplo, es un tanto absurdo, pero luego pondré otro mejor.

Y es que nuestra cabeza, nuestra mente, nuestro cerebro, influye en todos los aspectos de nuestra vida, más de lo que nos imaginamos. Supongo que muchos habréis oído hablar de la “enfermedad” de la histeria colectiva (Trastorno de conversión). Esta enfermedad no se produce por ningún virus, ni ninguna bacteria, ni nada que entre en contacto y perjudique nuestro cuerpo. Esta enfermedad aparece sencillamente cuando, en una situación de ansiedad, estrés excesivo o similares, y debido al conocimiento o sospecha de que una persona está enferma, aquellas a su alrededor comienzan a presentar los síntomas de dicha enfermedad. Y es su mente quien hace que su cuerpo presente los síntomas, porque la mente se convence a sí misma de que está enferma. Pero bueno, este será tema de otra entrada.

En fin, volviendo al tema, queda bastante patente el gran control que sobre el cuerpo ejerce nuestra mente, nuestro cerebro -pongo sinónimos porque para algunas personas, "mente" es algo abstracto, y para otros, "cerebro", o "cabeza" son algo meramente material y no es lo que nos da la verdadera capacidad de razonar-. Y esto es así en casi todos los ámbitos, como es el caso del frío y el calor.

Imagina un día de invierno. Imagina que estás a punto de salir de casa, con botas, un pantalón abrigado, camiseta de manga larga, una sudadera y cazadora, gorro y guantes. Imagina cómo abres la puerta y el reflejo blanquecino de la nieve te obliga a entrecerrar los ojos. Sales a la calle, y una fuerte y helada ráfaga de viento te da en la cara, haciéndote sentir que la cara se te congela.
No miento al decir que esto, bien hecho, te hará sentir frío, aunque sea un poco más de lo normal. Pasaría lo contrario imaginando una situación excesivamente calurosa. Claro que no se sentirá sufuciente calor o frío como para tener que usar bufanda en verano o ir a la playa en bañador en invierno. Pero sí se puede sentir una pequeña variación en la temperatura, una sensación términa un par de grados más alta o más baja.

Yo soy una persona calurosa, que algunos días de diciembre o febrero sale a la calle solo con una camiseta de manga corta. A parte de por el hecho de que soy caluroso, hay otro motivo por el que lo hago, y es el siguiente: si un día de 3ºC sales desabrigado, y sientes una temperatura normal, ni buena ni mala, ¿Qué pasará al cruzarse con decenas de personas abrigadas hasta las orejas? ¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión "me estás dando un calor/frío" cuando una persona ve a otra demasiado abrigada o desabrigada para la fecha en la que se encuentran? No es una forma de hablar, ni una simple frase hecha. Y es recíproco, porque al igual que la persona desabrigada en invierno siente mayor calidez al ver las capas y capas de ropa que cubren al resto de personas, éstas sentirán más frío, pese a su infinidad de capas, al ver a una persona con poco abrigo.

Pero no solo ver a otra persona con demasiado o con demasiado poco abrigo puede hacer que sientas una mayor o menor temperatura. Porque un día de crudo invierno puedes ir muy a gusto por la calle, con buen abrigo que te resguarde del frío. Tal vez te de por pensar "¿Qué temperatura estará haciendo? Yo creo que unos 5ºC, porque estoy a gusto". Entonces, ves un termómetro, y marca -1ºC. No vas a sentir la misma temperatura tras eso, seguro.

Por supuesto, todo esto puede ocurrir a la inversa. Un hecho verídico:

Antes, recordar que soy una persona muy calurosa.
Era Sevilla, en pleno agosto, un día de 35ºC a la sombra y sin un ápice de viento, en un parque, en obras, cuyo nombre no recuerdo, frente a no se si era la plaza de españa, en obras también. Estaba, hacia el medio día, recorriendo el parque, sacando fotos. No se cuánto tiempo estuve con ello, pero fue más de una hora, en la que no solo no sentí calor, si no que no necesité ni tomar agua. Después de que intentasen robarnos, nos fuimos del parque a la plaza, mientras empezaba a nublarse y a soplar algo de viento.
Resulta que fue en ese momento cuando comencé a sentir calor. Curioso, ¿no?

¿Por qué no sentí calor antes? Porque sacando todas aquellas fotos mientras recorría el parque, o lo que es lo mismo, pasándomelo bien, mi cabeza no pensaba en la temperatura que hacía: por más que mi cuerpo la sintiese, mi cabeza no la asimilaba. Sin embargo, al salir de allí, al no tener la cabeza distraida en algo, recordó que era agosto, en Sevilla, a medio día.

Se me había olvidado, y acabo de recordarlo hoy (llevo más de una semana con esta entrada), que hay otra manera psicológica de sentir frío o calor: la vista. Porque no es lo mismo saber que hace 15ºC, salir a la calle, y que esté muy nublado; que salir con la misma temperatura un día soleado -quiero decir, sin estar al sol en este caso, para igualar las condiciones-. Es más, aún si el día soleado hiciese 10ºC, es probable que se siga sintiendo más calor.

Con todo esto no quiero decir que el tener frío o calor sea una cuestión meramente psicológica. Como ya dije, el cuerpo tiene receptores de temperatura, llamados termorreceptores -o, más bien, termorreceptores de calor y termorreceptores de frío, ya que no es un mismo receptor el que siente ambas sensaciones, sino que unos sienten el calor y otros, el frío-. Pero sí que, en parte, en algunas personas más y en otras menos, hay factores psicológicos que alteran la percepción de la temperatura de nuestro cuerpo.


Hasta aquí este tema sobre psicología. Ahora quería comentar un par de cosas.

En primer lugar, siento la tardanza en volver a escribir (una semana). Ando muy, pero que muy mal de tiempo, y la cosa irá a peor -suerte a todos los que, como yo, se acercan a los exámenes-. Aún tengo un par de escritos de mi anterior blog (copié y guardé los que eran interesantes antes de borrarlos), y tal vez, si me veo muy mal de tiempo, los aproveche.
Además, y respecto a este texto, creo que me ha quedado bastante mal. En mi defensa diré que en mi cabeza, cuando empecé a pensar en escribir sobre este tema, me sonaba mucho mejor. Pero a medida que iba escribiendo, peor lo veía. Tanto es así que ha faltado poco para que decidiese no publicarlo.
Por último, en cuanto a la encuesta. Tendré en cuenta los temas que más votos tienen, pero eso no quiere decir que vaya a escribir solo sobre lo que se ha votado. Por ejemplo, muy a mi pesar, astronomía no ha recibido ningún voto. Pero querré escribir sobre ello, y tal vez pronto, ya que e sun tema que me interesa mucho. Además, en poco tiempo los votos han pasado de ser unos 12 y centrarse en psicología y sociedad básicamente, a ser casi 40 y repartirse casi con igualdad entre Cultura, Sociedad, Psicología, Inventos, Filosofía, Historia y Política. Ojalá, y lo digo enserio, tuviese tiempo para escribir una entrada por día, y así tratar casi todos los temas cada semana. PEro no puedo, y entre que como dije, no voy a no escribir sobre aquellos temas no votados, y que me falta tiempo, es posible que tarde más de una semana en escribir incluso sobre los temas más votados.

Ya por último, decir que, como algunos habrán comprobado, en ocasiones escribo sobre temas personales. Esto no deja de ser mi blog, y como tal, escribo en él cuando me apetece, lo que me apetece y cuanto me apetece.

Eso es todo. Como siempre, muchas gracias por leer, podéis votar si no lo habéis hecho, y todo comentario es bien recibido y será respondido.

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1 comentario:

  1. No hay duda que la mente ejerce influencia sobre el cuerpo, de hecho el caso de las fotos que cuentas es un claro ejemplo de ello, aunque hacía mucho calor cómo estabas distraido en algo que te gustaba seguramente te habrías caido redondo al suelo si hubieras seguido sacando fotos una hora más sin enterarte y sin que tu cuerpo te hubiese avisado.
    Hay que recordar también que hay gente más sugestionable que otra y que hace que quieran ser como los demás para ser digamos más normales y por lo tanto se "dejan llevar" y son muy influenciables, ese es el peligro.
    La verdad es que en mi cabeza sonaba mejor lo que quería decir pero parece que hay días en que no salen las cosas.

    Por cierto, suerte con los exámenes y a ver si me sorprendes con algún invento.

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